martes, 30 de noviembre de 2010

Sueños abstractos


Condenado a perseguir sueños abstractos,
sueños de formas eclípticas,
de colores desterrados.

Condenados a vagar, eternamente,
como el eco en cautiverio
de unos pasos resonando.

Condenados al exilio.
Desterrados.
Los colores de mis sueños abstractos.


- Mystic -

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Primavera, verano, otoño, invierno... y primavera

Kim Ki-duk nos recuerda que la vida no es más que el devenir de estaciones.
Que nuestras acciones y nuestro pasado pueden perdurar en el tiempo el tiempo que nosotros queramos.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Santuario artificial


Buscando, de nuevo, el brillo de la esfera de marfil en lo impredecible e inescrutable. 
Un lugar extraño. Distinto aroma, distinta melodía, varios cientos de kilómetros y 15 años son los que me separan de aquel momento, pero la esencia se mantiene impermutable.

¿Acaso no he aprendido nada en todo este tiempo?
¿Acaso no era igual de extraño aquel otro lugar?

“Tanto vagar para no conservar nunca nada”, son las palabras que vienen a mi mente.
Pero, ¿qué es lo que hay que conservar? Igual son solo momentos, como aquel de hace 15 años, acompañado por una vela y por mi propia soledad.


Demasiadas preguntas y ¡tan pocas respuestas! O tal vez sea al contrario y sean tantas las respuestas que alberga una solitaria pregunta, que es imposible no perderse en la búsqueda de la adecuada.

Un mar de dudas, de palabras. De respuestas que tropiezan con sórdidas letras y van conformando, torpemente, retazos de ¿pensamientos?

  

sábado, 20 de noviembre de 2010

Tiempo


el que siempre falta
...o sobra.

martes, 9 de noviembre de 2010

Sueño eterno



Infinito.

Dolor y angustia revestida por la calma y el sosiego.
Aquí y ahora, inalcanzable.

Sueños de una noche, eterna en realidad.
Porque eres tú y tú no quieres. No de esta forma.

Todo gira y gira, alzas un brazo y lo alcanzas.
Pero no sabes, porque es un sueño...

La fina luz atraviesa, tímida, la frontera de tu reino,
y un simple parpadeo delimita la rutina.

Las tinieblas se apoderan del vacío de tu mente,
y la noche se apodera de tu escasa lucidez.

¿Es locura? No, eres tú.

Como una isla en su archipiélago, buscando espacio y tiempo.
Recogiendo la espuma de las olas caprichosas.

Furia. Calma. Contrariedad.

Infinito.

  
- Mystic -

   

lunes, 8 de noviembre de 2010

No ignores la tristeza



No ignores la tristeza;
Ábrele espacio para que respire.
La tristeza es un hueco en el amor.
Una fuga transitoria de energía.
Un camino hacia uno mismo.
La revisión profunda de algún espacio roto.

No ignores la tristeza;
Pues toda emoción es necesaria y conveniente.
La tristeza te ayuda a detenerte temporalmente.
A alejarte de todo lo mundano.
Te deja en la puerta de un nuevo comienzo.
Reconócela.
No la confines a un espacio muerto.
No la encierres bajo llave.
No permitas que se entierre.
No la disfraces con mentiras lindas.

No ignores la tristeza;
Escucha su mudez, siente su calma.
Ella no pretende avergonzarte.
No todos los días son soleados.
Todo tiene un lado débil.

No ignores la tristeza;
Permítele que hable en su dialecto.
Que te conduzca hasta el final de la bajada.
Y cuando vuelva la otra fase de la Luna
el rayo de luz traspasará el prisma
y volverá a encenderse de colores tu alegría.

No ignores la tristeza;
Todas tus emociones son importantes y necesarias.
No siempre estarás en el lado fuerte.
Expresa lo que sientes.
Pronto volverás a estar alegre.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Corredor de fondo


Los Angeles 1984, era la primera vez que se corría la maratón femenina. Bajo unas duras condiciones de temperatura y humedad, Gabriele Anderson no luchaba por ganar la prueba. Estaba desfallecida y ocupaba una de las últimas posiciones, pero su objetivo era cruzar la meta.

Según la normativa de competición de entonces, si recibía atención médica quedaría descalificada. Pero ella no la aceptó porque tenía que llegar como fuera... 

...y llegó.



Desde aquí mi aplauso a todos los que, como Gabriele Anderson, perseveran en su objetivo de cruzar la meta aunque sea tambaleándose.

domingo, 24 de octubre de 2010

Histeria siberiana


"¿No has oído hablar de la histeria siberiana? Era una enfermedad que sufrían los campesinos de Siberia. Imagínatelo: eres un campesino y vives solo en los páramos de Siberia. Trabajas la tierra un día tras otro. A tu alrededor, hasta donde alcanza la vista, no hay nada. El horizonte al norte; el horizonte al este; el horizonte al sur; el horizonte al oeste. Nada más. Todos los días, cuando el sol sube por el este, vas al campo a trabajar. Cuando alcanza el cénit, descansas y comes. Cuando se oculta tras el horizonte, al oeste, vuelves a casa y duermes.

Y eso, día tras día, año tras año. Y entonces, un día, algo muere dentro de ti. A fuerza de mirar, día tras día, cómo el sol se eleva por el este, cruza el cielo y se hunde por el oeste, algo, dentro de ti, se quiebra y muere. Y tú arrojas el arado al suelo y, con la mente en blanco, emprendes el camino hacia el oeste. Hacia el oeste del sol. Y sigues andando como un poseso, día tras día, sin comer ni beber, hasta que te derrumbas y mueres. Esto es lo que se llama histeria siberiana."
Al sur de la frontera, al oeste del sol
- Haruki Murakami -

Como reza en la contraportada de este libro, Murakami transmite la indefinible sensación de desajuste con el mundo que acucia al hombre contemponáneo. Y es difícil sentirse tan sumamente identificado con una obra como me pasó a mí. Si a eso le añadimos una gran belleza en las metáforas, descripciones cargadas de poesía, ... El resultado es una experiencia casi mística.

Y es que yo también sufrí de histera siberiana. Llegué a derrumbarme, pero no llegué a morir. Me levanté y deambulé por parajes yermos hasta que encontré un camino. No sabía donde estaba ni a donde me dirigía... pero estaba en un camino y eso era lo único a lo que pude aferrarme.

"¿Qué hay al oeste del sol? No lo sé, tal vez no haya nada. O tal vez sí. En todo caso, es un lugar distinto al que está al sur de la frontera"

Sleeping sun

viernes, 22 de octubre de 2010

Falsa verdad


La razón desgarra el velo que cubre los sentidos
dejando desnudo al corazón que,
temeroso de volver a tropezar,
busca una ventana que le lleve a otro mundo
donde el aire no le traiga el aroma de tu ser.

En la puerta de la contradicción
la piedra se revela rompiendo su coraza,
y el moribundo emprende su camino sin retorno.

Y al final siempre regresa,
hastiado de encontrar falsas verdades,
escribiendo en un rincón con sus manos encalladas
que cuando la mentira miente debe haber otra mentira.

¿Hay un final?

El sol deslumbra esos ojos que no pueden ver.
Quisiera llorar y no puedo,
quisiera romper el cristal pero me aterra
el oscuro vacío que hay a mis pies
con el rostro desfigurado por sonrisas de afilados cuchillos.

Debo saltar a los brazos de la nada
y tratar de desvelar el misterio de mi origen.
Y quizá un día regrese conociendo la verdad.
O, tal vez, simplemente... dormiré.

- Mystic -

 

jueves, 21 de octubre de 2010

El buscavidas

Aunque, siguiendo con el paralelismo del cine, he de reconocer que me atraen más las historias de perdedores. Me parecen más realistas. "El buscavidas" es todo un clásico, pero yo no la había visto hasta hace unos días.


"Eddie, has nacido para perder. Claro, tenías el mejor pretexto del mundo para perder, no importa perder con una buena excusa. Pero ganar... resulta a veces como una carga, pesa mucho, es un fardo del que puedes deshacerte con una excusa. Lo único que puedes hacer es compadecerte a ti mismo, es uno de los mejores deportes, sentir compasión de uno mismo, un deporte que gusta a todos, especialmente a los fracasados."

miércoles, 20 de octubre de 2010

Invictus

En la noche que me envuelve,
negra como un pozo insondable,
doy gracias al dios que fuere
por mi alma inconquistable.

En las garras de las circunstancias
no he gemido ni llorado.
Ante las puñaladas del azar,
si bien he sangrado, jamás me he postrado.

Más allá de este lugar de ira y llantos
acecha la oscuridad con su horror.
No obstante, la amenaza de los años
me halla y me hallará, sin temor.

Ya no importa cuán recto haya sido el camino,
ni cuántos castigos lleve a la espalda.
Soy el amo de mi destino.
Soy el capitán de mi alma.


William Ernest Henley –


Este es el poema que ayudó a Nelson Mandela a sobrellevar su cautiverio y he decidido iniciar con él esta nueva andadura. Hace unos días que creé el blog, pero no me decidía a escribir la primera entrada. Tampoco sabía muy bien por donde empezar, probablemente lo que me pedía el cuerpo era contar el por qué del nombre del blog. En cualquier caso, fuera lo que fuere, no hubiera sido un derroche de optimismo precisamente.
Y heme aquí, tan solo por llevarme la contraria, comenzando con este poema, cargado de lucha y esperanza, que descubrí ayer viendo "Invictus".