En la noche que me envuelve,negra como un pozo insondable,doy gracias al dios que fuerepor mi alma inconquistable.
En las garras de las circunstanciasno he gemido ni llorado.Ante las puñaladas del azar,si bien he sangrado, jamás me he postrado.
Más allá de este lugar de ira y llantosacecha la oscuridad con su horror.No obstante, la amenaza de los añosme halla y me hallará, sin temor.
Ya no importa cuán recto haya sido el camino,ni cuántos castigos lleve a la espalda.Soy el amo de mi destino.Soy el capitán de mi alma.
– William Ernest Henley –
Este es el poema que ayudó a Nelson Mandela a sobrellevar su cautiverio y he decidido iniciar con él esta nueva andadura. Hace unos días que creé el blog, pero no me decidía a escribir la primera entrada. Tampoco sabía muy bien por donde empezar, probablemente lo que me pedía el cuerpo era contar el por qué del nombre del blog. En cualquier caso, fuera lo que fuere, no hubiera sido un derroche de optimismo precisamente.
Y heme aquí, tan solo por llevarme la contraria, comenzando con este poema, cargado de lucha y esperanza, que descubrí ayer viendo "Invictus".
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