Nunca le tuve miedo a la muerte. Ahora, sí. No consigo quitarme la idea de que después de muerto te quedas vivo. Que estar muerto es vivir una pesadilla infinita.Pero nadie puede hacer nada contra los sentimientos, ahí están y escapan a cualquier censura. Uno puede reprocharse tal acto, tal palabra pronunciada, pero no puede reprocharse un sentimiento, simplemente porque no tiene poder alguno sobre él.Incluso en el vientre de la madre, que dicen que es sagrado, no estás a salvo. Te filman, te espían, te examinan mientras te masturbas, examinan esa pobre masturbación de feto. No te escapas de ellos mientras vives, todo el mundo acaba enterándose. Pero tampoco te escapas antes de nacer. Como tampoco te escaparás una vez muerto.– Milan Kundera –
lunes, 4 de febrero de 2013
La identidad
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